I) El Estado y el keynesianismo después de la II Guerra Mundial

Durante este período en Occidente el pensamiento y la acción de los gobiernos y las élites intelectuales, están notablemente influidos por el pensamiento keynesiano. La Gran Depresión de 1929, que se prolonga durante los años 30 y finalmente es abatida por la guerra, de hecho, impone al Estado como la dirección centralizada de toda la sociedad. No cree en el automatismo del mercado, en la autorregulación de la economía. Las imperfecciones del mercado y la necesidad de que el Estado intervenga para corregirlas, son una verdad generalmente admitida, salvo Hayek y Friedman, cuya defensa de la democracia era, de hecho, la libertad del capital para imponer su dictadura. No resulta casual que Roosevelt, el presidente de EEUU, desde la guerra y la postguerra crea firmemente en la necesidad de que el Estado asuma la dirección de todos los aspectos, incluida la economía.

Concluida la guerra y surgiendo en el primer plano, el conflicto entre capitalismo y socialismo, fue de cierta manera lógico que se levantara el Estado del Bienestar como eje conductor de la sociedad y la economía. Se despliega el Modelo de Desarrollo de la Postguerra, tema que trabajé en mi libro, Hacia una Ecología del Bienestar.

Dicho modelo supone una muy particular relación entre Estado, Sociedad y Mercado con el Estado como mediador. De hecho, la mediación es entre Estado, empresarios y trabajadores y más concretamente, entre gobierno, la cúpula empresarial nacional-mundial y los sindicatos,  precisando aún más, la burocracia sindical.

La cadena de montaje y el taylorismo como base de del proceso de organización del trabajo y de la producción incrementan la productividad del trabajo y bajan los costos de producción. La energía barata también reduce los costos y eleva la tasa de acumulación. En esas condiciones es posible elevar los ingresos de los trabajadores lo que tiene un efecto positivo sobre la demanda, y a su vez influye en incrementos de la inversión, nuevas contrataciones de trabajadores, incrementos de los salarios que multiplican la demanda con efectos positivos en la inversión. De esta manera el Estado del Bienestar genera más bienestar.

Crisis del Estado del Bienestar

La cadena de montaje, el taylorismo, la energía barata, por razones que no explicaré ahora, van generando rendimientos decrecientes y estos van provocando la caída de la tasa de ganancias. Se hace necesario renovar los procesos tecnológicos para incrementar la productividad, frenar los rendimientos decrecientes y mantener la energía barata.

Transformar la tecnología, renovar el proceso de organización del trabajo superando el taylorismo y la cadena de montaje, generó despido de trabajadores y la introducción de tecnologías basadas en la informática, lo que provocó recesión, caída de los salarios y contracción del empleo.

La inversión se va separando de la producción, de la demanda y del empleo y se va orientando hacia la especulación financiera que suele comprar las producciones, con años de anticipación, para especular con ellas.

Simultáneamente las luchas por el socialismo, la liberación nacional y la soberanía van siendo derrotadas en América Latina (derrota de la lucha armada, asesinato de Allende, asesinato del general Torres en Bolivia, Operación Cóndor). En África (asesinato de Lumunba y varios de los líderes que empujaron el socialismo africano, muerte de Nasser). En Asia, derrocamiento de Sukarno en Indonesia. En Europa, las derrotas de la izquierda en Francia, Italia, Grecia, Alemania, Irlanda… La Derrota de los Panteras Negras en EEUU. El derrumbe de la URSS y del Campo Socialista.

En plena postguerra, la política imperial tendrá una doble cara: seducción, para tratar de ganarse a los sectores moderados del pueblo y guerra de contrainsurgencia para aplastar a los sectores radicales (cruel represión, tortura, “desapariciones”, asesinatos, guerra declarada). La recesión vivida entre los años 60 y 70, marca la crisis del modelo de desarrollo de la postguerra, el monopolio del capital financiero y el triunfo del Consenso de Washington, que marca el ascenso del neoliberalismo.

II) Precisiones sobre el neoliberalismo

El neoliberalismo no es una simple política económica. Es un conjunto de clichés fundados en el egocentrismo, en un individualismo exacerbado al que Friedrich Hayek y Milton Friedman, le dieron una cierta base teórica. El neoliberalismo ha sido revestido de cobertura académica. Una falacia. Es un conjunto de “verdades” estilo clichés tales como: para triunfar hay que esforzarse; diariamente el mercado ofrece oportunidades. El que las sabe aprovechar triunfa, el que no fracasa; hay que saber competir pues el que lo sabe, persiguiendo su beneficio personal, genera beneficios para la sociedad, etc. Hurgando en Adam Smith, Friedrich Hayek y Milton Friedman, tal como señalé, le dieron una base teórica. Pero es pura basura ideológica. Es una visión clasista identificada con los intereses del capital financiero, que articula todas las actividades humanas, la relación con la naturaleza, la relación de los seres humanos entre sí, los sueños y esperanzas, sobre la base de un denominador común: los valores del mercado, el sistema de precios y el egoísmo como conducta esencial, que apunta hacia la desintegración social, la desaparición de lo público, el desmantelamiento del Estado y el predominio de los grandes corporaciones internacionales que concentran el poder político, económico, financiero, militar y científico y ahora del narcotráfico.

El narcotráfico salvó a los bancos en la crisis de 2008

Durante la crisis de 2008, fueron los capitales provenientes del narcotráfico, los que “salvaron” a los bancos. Por supuesto, también hubo importantes transferencias de capital desde los gobiernos. A través de los paraísos fiscales el narcotráfico hizo decisivos aportes a los grandes bancos como Goldman Sachs, JP Morgan, etc. y   de hecho, se han ido formalizando como la cuarta pata del poder mundial: Capital financiero, la cúpula militar, poder científico-tecnológico y ahora el poder del narcotráfico. No son departamentos estancos. Están entrelazados. Un general hoy, mañana es capo de la droga, banquero, dirigente de un grupo promotor de la ciencia y la tecnología y así sucesivamente, pero también se desdoblan y compiten.

Friedman: criminal de guerra

No conozco otro cuerpo de ideas cuyo objetivo, no declarado, sea provocar sufrimiento directo y sentido, como contrapartida de la acumulación de capital. Esto fue evidente cuando Friedman y sus Chicago Boys, asesoraron a Pinochet, durante la larga y oscura noche chilena. Lo que culminó con un premio Nobel, que obviamente estuvo cubierto de sangre. Por eso, yo considero a Friedman un criminal de guerra.

Más que las siete plagas

Son los responsables de la agudización del cambio climático, la pérdida de diversidad biológica y los procesos de desertificación. Esos procesos tienen a las políticas neoliberales como sostén esencial… Recientemente en Brasil un grupo de empresarios, amparados por Bolsonaro, decretó el día del fuego incendiando la Amazonía. Todo por la acumulación de capital.

Respaldaron a un asesino como Pinochet, a Goriletti, (apodo que le dio Chávez a Micheletti), por Zelaya en Honduras, asesinaron a Víctor Jara, pero cuando el keynesianismo planteó la necesidad de un Estado fuerte, la necesidad de una seguridad social sólida, Hayek y Friedman gritaron que ese era el camino hacia la tiranía. En Venezuela la oligarquía comercial-financiera, sube los precios diariamente creando un gran sufrimiento. Entonces, los neoliberales exclaman: ¡No es más que un exceso de liquidez! ¡Hipócritas!

III) Post Pandemia y humanidad

Como era de esperarse, el pensamiento se mueve entre varias corrientes de relativa homogeneidad:

1) Variantes del neoliberalismo, maltusianismo, fascismo y neofascismo, cada vez más agresivas y criminales.

En este trabajo no tengo interés en comentar las tropelías de Víctor Orbán, el dictador húngaro; de la radical neofascista francesa Marine Le Pen ni de sus diversos congéneres. La cuestión es por qué han conseguido tantos seguidores, dispuestos a sacrificar por lo menos a una tercera parte de la humanidad, formada .por árabes-palestinos, árabes creyentes en la soberanía y la democracia, negros, indios, pobres, africanos, asiáticos, latinocaribeños, gitanos… pues consideran que sobramos y somos los responsables de los graves problemas que afectan a la humanidad y al planeta. Nuestra liquidación física sería un alivio para el resto de los habitantes de la tierra, según ellos.

2) Las keynesianas y Keynesianos

Obviamente todas y todos concuerdan con la existencia de imperfecciones del mercado, la necesidad y presencia del Estado, incluso con el rol estratégico de este, la reivindicación del multilateralismo, la defensa de La Carta de Naciones Unidas. Pero no hay propuestas o insinuaciones que sugieran un camino hacia el socialismo. Me parecen positivas sus condenas al neoliberalismo y a las diversas formas de fascismo, viejo y nuevo. Creo que Kauski agotó la posibilidad de que el capitalismo de Estado avanzara hacia el socialismo. Por eso Lenin lo bautizó como el renegado.

3) Comuna o nada

Esta es la expresión que Chávez nos legó. Creo que la Nada de Chávez es el capital, que está destruyendo a la humanidad y al planeta y por eso nos dejó una visión clara de las comunas: “La comuna debe ser el espacio donde vamos a parir el socialismo”.

Hoy, creo, es el momento de consolidar las comunas. En primer lugar, es el momento de unirlas en una red donde quepamos todos en medio de la diversidad. La unidad es entorno a la producción dándole prioridad a la producción de alimentos, de semillas, plantas medicinales,  para contribuir con la eliminación del monopolio de la medicina alopática, que es una visión del mundo y de la sociedad. Esa red comunal tiene un punto de apoyo importante en las familias, que son una base solidaria que se multiplica y potencia mediante los vínculos humanos solidarios. En segundo lugar,  reforzando la sustitución de importaciones. En tercer lugar, apoyándonos en nuestras propias fuerzas, recordando el ejemplo de la Comuna Pío Tamayo, en Lara y la forma como resolvió el problema del financiamiento para producir harina de maíz. No fue  solicitando un crédito bancario, un camino posible. Tampoco, recostándosele al Estado. Fue haciendo una venta pagadera hoy en bolívares, a cambio de kilos de harina que se entregarían mañana cuando el ciclo productivo se concretara. Ese compromiso se cumplió abriendo otra ruta para el financiamiento: la propia fuerza del pueblo.

Sé que existe la idea de apoyar a grandes empresas que se supone pueden producir inmensas cantidades de productos. Pasqualina Curcio ha demostrado cómo se le ha transferido al gran capital privado, miles de millones de dólares, sin que ello se haya traducido en incrementos de la inversión productiva. Como hemos visto, ello ha significado, siembra del petróleo en centros financieros internacionales, lo que ha permitido a la revista Forbes, colocara a Lorenzo Mendoza (grupo Polar) y a Juan Escotet (grupo Banesco), en la lista de milmillonarios del mundo.

Una tendencia cree que los empresarios son articuladores de las alianzas y pueden ser “utilizados” como factor moderador de las iras del imperio y es mejor no mencionar el socialismo, aun cuando quede sugerido. A decir del ministerio de alimentación, las comunas deben ser ignoradas y adoptó como política, no entregar a las comunas materias primas importadas, pues en el corto plazo ellas sólo pueden producir cantidades muy pequeñas. Nunca demostró que las grandes empresas aportaran cantidades suficientes para cubrir el consumo. Seguimos dependiendo de las importaciones pues para las grandes empresas siempre ha sido más rentable importar que producir. Obviamente así no se puede construir el socialismo. Eso no le gusta al imperio. Todavía hay muchos pensadores de “izquierda” que siguen creyendo eso, pero son “chavistas”… Es lo que yo he llamado el determinismo geopolítico de Betancourt, quien nos hizo creer en  la imposibilidad de la revolución en el “patio trasero” del imperio. Fidel Castro rompió esa creencia y no renacerá. La revolución está en desarrollo y no nos rendiremos.

En el largo camino de la transición al socialismo, conviviremos con muchas formas de propiedad. Lo importante es mantener el rumbo estratégico, el socialismo, sin caer en las ilusiones del keynesianismo: un capitalismo popular.

Por otra parte, debe darse ante el pueblo el debate sobre la nueva Carta Magna ¿Vamos hacia la sociedad comunal en un proceso de transición al socialismo o lo omitimos? En medio de las batallas contra el imperio, surge este debate, que Chávez lo fue resolviendo citando a Marx diciendo: “En la democracia el hombre es y tiene existencia humana”… “En las demás formas de estado el hombre tiene sólo existencia legal” y lo amplía diciendo: para que el hombre sea el “hombre” (ser humano), el único camino es el socialismo, que la existencia plena del ser humano, de la patria, de la república, de la nación, sólo se logra en el socialismo. En abril de 2019, dice Maduro: “el socialismo es el único camino para preservar el medio ambiente y salvar a la especie humana”.

Ya no se puede seguir aceptando una visión de las comunas a través de los prejuicios de funcionarios asociados a la gran burguesía. Ellas ya son un sujeto social del proceso bolivariano. La batalla se decide en el campo de la producción y las comunas vienen siendo una vanguardia. No tanto, por ahora, en los aspectos cuantitativos. Otras relaciones y valores van naciendo, otra relación con la naturaleza, de los seres humanos entre sí; particularmente, las bases de una nueva sociedad. Por eso el presidente Chávez dijo: ”Maduro te encomiendo las comunas como a mi propia vida”. Consecuentemente Maduro ha mantenido la defensa de las comunas, de los trabajadores como sujetos revolucionarios y del socialismo.